Conil de la Frontera se transforma con la llegada del verano. Las calles del centro se llenan de vida, las terrazas se convierten en punto de encuentro y el sonido del mar acompaña cada paseo. Junio y julio son meses perfectos para disfrutar del ambiente único de este pueblo costero, con días largos de sol y atardeceres inolvidables.
Las playas comienzan a recibir a viajeros de todas partes, pero aún conservan esa tranquilidad que tanto gusta para descansar frente al océano. Es el momento ideal para darse los primeros baños, probar el pescaíto frito en los chiringuitos y dejarse llevar por la brisa marina.
Alojarse en Sonrisa del Mar significa estar en el corazón de todo: desde aquí podrás caminar unos pasos y sumergirte en la playa, recorrer el casco antiguo o simplemente relajarte en tu habitación con vistas al mar. El verano en Conil arranca con energía y te espera con los brazos abiertos.